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Retos en la práctica de la anestesiología

Screen Shot 2014-08-29 at 1.17.19 PMExisten estándares internacionales recomendados para los profesionales de la anestesiología que tienen como objetivo mejorar y mantener la calidad y seguridad del cuidado anestésico.

Sin embargo, hay que reconocer que cuando se carece de recursos y de organización, ni se cumple con estos estándares y la práctica de la anestesia en tales circunstancias se limita a ciertos procedimientos, sobre todo los de carácter urgente.

La primera condición para una práctica anestésica segura es contar con los conocimientos, la habilidad y destreza, es decir, el aval de una institución formadora y el reconocimiento del grupo colegiado que mantendrá vigente la educación continua y la supervisión de entrenamiento a través del consejo de la especialidad.

El profesional de la anestesia debe dedicarse a cada paciente y estar presente a lo largo de cada acto anestésico y debe ser responsable por el transporte del paciente al área de transición y su vigilancia hasta la recuperación completa. En ciertas circunstancias es factible transferir la responsabilidad a otro anestesiólogo siempre y cuando se desarrolle un protocolo de traspaso que señale con exactitud la historia clínica completa del acto anestésico.

Contar con los medios y un equipamiento adecuado en cantidad y calidad le permite al anestesiólogo dar seguridad al procedimiento y adelantarse a situaciones imprevistas de manera oportuna.

El anestesiólogo, como parte integrante del equipo quirúrgico, deberá integrarse al checklist de seguridad quirúrgica establecido por la OMS en 2009, porque cualquier error anestésico puede encaminar al error quirúrgico.

No olvidar que el consentimiento firmado para autorizar el acto anestésico sólo tendrá validez en la medida que el anestesiólogo incluya en la consulta preanestésica la comunicación de todos los riesgos y eventualidades, y ante testigos presenciales .

Si bien es cierto que trabajar en instituciones públicas, carentes de equipamiento y recursos, pone en aprietos la actuación del anestesiólogo, el derecho que le asiste para suspender un procedimiento de riesgo o la de aplicar drogas anestésicas que no ofrezcan el resultado óptimo, quedará por escrito en el expediente como evidencia para futuros reclamos legales.

Si el slogan de la anestesiología es “deorum ars”, éste deberá ser conguente con el principio ético hipocrático de “primum non nocere”.


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