Cuando a un paciente se le da la noticia de que tiene cáncer pueden venir a la mente múltiples reflexiones: ¿qué tan agresivo es el tumor?, ¿cuánto tiempo de vida es el pronóstico?, ¿valdrá la pena someterse a tratamientos largos y costosos?

Hay quien se aventura a buscar información médica con el fin de planear una estrategia de vida para él y su familia, otros se vuelven totalmente dependientes del planteamiento de su médico y otros tratan de ignorar por completo el verdadero alcance del problema.

El médico valora la actitud del enfermo como una pieza clave para un resultado óptimo y su tarea será facilitarle medios de información que le aseguren una comprensión real del problema, sin verdades a medias ni falsas promesas.

La medicina actual, sobre todo la medicina basada en la evidencia científica, ha superado la tradicional actitud paternalista del médico que decidía por el enfermo pasando por encima de su derecho de autonomía. Ahora, el paciente decide, él es el que paga, el que se va a morir, el que va a cargar con secuelas neurológicas o con amputación de alguna extremidad.

Sabemos que toda intervención de la salud tiene riesgo de producir daño y no hay tratamiento que sea totalmente inocuo y gratuito. El deber del médico es guiar al paciente en la búsqueda de información más adecuada al problema específico.

En este sentido, el médico deberá saber diferenciar qué es bueno, qué es regular y qué es malo en los trabajos de investigación científica y darle peso a su pericia y competencia clínica.

Las nuevas modalidades del aprendizaje médico basado en problemas y la corriente innovadora de la medicina basada en la evidencia, respaldada por revistas de alto prestigio como el British Medical Journal, han revolucionado la práctica de la medicina del siglo XXI y han encontrado en el paciente su verdadera esencia.

De esta manera, el paciente sabe que toda información depurada que hace el médico está centrada en su problema y esto fortalece la relación médico-paciente. En el caso del paciente con padecimiento grave recibirá seguramente de su médico la mejor oferta para decidir sus últimos días.