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Los niños también cuentan en el consentimiento informado

El consentimiento informado debería ser visto como parte esencial de la atención de salud, sin distinguir edades ni condiciones sociales. Se considera dentro de los principios éticos de “respeto a las personas” y específicamente para los niños el “respeto a la autodeterminación”.

En el caso del permiso parental y el niño ausente no debería ser lo más adecuado ya que es un proceso activo que compromete a ambos. Y la maduración del desarrollo, en su tiempo, permite, la inclusión del niño y adolescente en la decisión de una intervención clínica, e incluso de investigación. Por esta razón se le ha denominado “experiencia, prespectiva y poder de los niños”.

La Academia Americana de Pediatría ha publicado guías sobre el valor del permiso parental en la práctica pediátrica para decisiones de intervenciones quirúrgicas riesgosas.

Sin embargo, hay situaciones familiares específicas que deberán tomarse en cuenta, como es el caso de parientes llamados subrogados, como abuelos, tíos, o incluso custodios de hijos cuyos padres están en vías de divorcio.

De esta situación brotan interrogantes de tipo médico legal: quién tiene el derecho legal para delegar el consentimiento a otros en el caso de alguna intervención?.

Es factible esta opción, siempre y cuando sea en circunstancias específicas, como una urgencia, atención reproductiva a adolescentes, test genético a un recién nacido, procedimientos que incluyan sedación y la negación por razones religiosas.

En sentido estricto, la edad legal para el consentimiento válido es de 18 años, aunque se habla que a la edad de 13 tiene madurez similar a un adulto para valorar los riesgos y beneficios de una cirugía determinada. Y hay excepciones en el caso de un tratamiento de emergencia, o asalto sexual, enfermedades transmitidas por vía sexual, abuso de drogas y dependencia de alcohol.

La información que se da al menor acerca de su padecimiento debe ser clara y entendida, sus riesgos y beneficios, y su recuperación a corto y largo plazo.

Sin embargo, hay niños que conviven en casas con diferentes configuraciones familiares: un niño con un solo padre o una sola madre, y muchos de ellos conviven con otras parejas.

En el caso de las inmunizaciones, los padres son los responsables directos de la autorización, sin embargo, en algunos estados de USA los adolescentes pueden dar el consentimiento, sobre todo para hepatitis B en clínicas especializadas en enfermedades de transmisión sexual.

El idioma no debe ser obstáculo para autorizar las inmunizaciones, debe proveerse de intérpretes, y que éstos sean confiables y se aseguren de la interpretación exacta de la información.

La función protectora del permiso parental implica una información detallada del propósito de la investigación en su caso, los riesgos y beneficios que razonablemente sean esperados, y que el niño pueda aceptarlos en forma condensada.

 

Paar leer más

 

Adam J. et al. Valor del permiso parental en la práctica pediátrica. View point JAMA Pediatrics 2018;172(7):613

 

Berger J. Consent by Proxy for Nonurgent Pediatric Care Pediatrics 2003;112(5):1186-1191

 

Katz A. Webb S, Informed Consent in Decision-Making in Pediatric Practice. Pediatrics 2016;138(2):1485

 

Roth M. Nelson R. Focus: Research and Clinical Ethics Parental Permission and Child Assent In Research on Children Yale J Biol Med 2013;86(3)291-301

 

 

 

Los médicos en entrenamiento y el consentimiento informado

Con frecuencia se cuestiona sobre el grado de preparación de un residente para obtener el consentimiento informado (CI), el cual debe contener tanto el  permiso parental como  la aceptación del niño para realizársele un procedimiento determinado.

Ambos conceptos, a la luz de los principios éticos, tiene que ver con el respeto a la persona, porque permite a los padres tomar decisiones informadas respecto al cuidado del hijo (consentir o rechazar) y crear en él la habilidad para involucrarse en la decisión. No sólo es una responsabilidad del profesional sino una conducta apropiada que busca el entendimiento y satisfacción de los padres, propicia el desarrollo moral del niño, mejora los resultados y puede reducir las quejas asociadas a una comunicación escasa y pobre anticipación de riesgos.

La literatura es muy amplia respecto a que muchos padres y niños no captan en forma completa la información, o por que no entienden los términos médicos o malinterpretan los riesgos y beneficios, lo cual tiene como resultado malas decisiones y poca efectividad en los resultados.

Las razones son multifactoriales y están relacionados con el grado de instrucción tanto los padres como de los pacientes (ej. bajo nivel de educación, habilidades limitadas para los números, la lectura y escritura, y la propia edad).

La Academia Americana de Pediatría establece un mínimo de requerimientos para el permiso parental, incluyendo la información a los padres acerca de la condición clínica o el diagnóstico del niño, describiendo la naturaleza y propósito de la intervención o el tratamiento a realizar y discusión de riesgos (comunes y serios) y el beneficio del tratamiento propuesto. También, se consideran los tratamientos alternos e incluso no dar tratamiento alguno. La información que se dé será similar para el niño, pero variando en contenido y detalle, dependiendo de la circunstancia, la edad y su madurez.

A pesar de eso, muchos médicos no llenan los requerimientos mínimos para la obtención de suficientes datos en el consentimiento. Lo frecuente es que el proceso del CI es a menudo ritualizado y llevado a cabo sin darle el tiempo suficiente para la discusión y las decisiones que deberán tomarse. Se falla con frecuencia en proveer material de información sobre los riesgos, beneficios y/o alternativas de tratamientos.

La rutina y la tendencia a subestimar la cantidad de información que los padres requieren y sobreestimar el entendimiento de la misma, es una premisa que da al traste con la validación del CI.

Los padres dicen con frecuencia que ellos entienden no porque sea verdad, sino por no parecer ignorantes. Aquí es donde fallan los residentes en dar una información incompleta de la intervención y la explicación de riesgos.

Por otra parte, sabemos que los residentes reciben poco entrenamiento para obtener un CI, y se constata que en su etapa de formación sólo el 26%2 afirma haber leído el formato, y más de una tercera parte no estar preparados para plantear una información de riesgo, mucho menos para contestar preguntas relacionadas con los principios del permiso parental.

En otro estudio3, se afirma que el 44.7% de los pediatras ya recibidos recibieron una cátedra de ética muy deficiente.

Si bien es cierto que la educación y entrenamiento para obtener un CI es muy variada y deficiente, para rectificar el paso, sería necesario revisar bien los programas de ética en la curricula, y enfatizar su importancia como un proceso integral médico-paciente o médico-relación parental, y no simplemente un papel que se tiene que llenar como protocolo.

Las próximas generaciones de pediatras deberán ser más confidentes y competentes en obtener el CI, para dejar a los padres padres y pacientes satisfechos. Esto reduciría mucho las potenciales quejas que inciden en la calidad de servicio de una institución de salud.

1.- Tait A, Hutchinson R. Informed Consent Trining in Pediatrics-Are We Doing Enough? JAMA 2018;172:3     Viewpoint

2.- NickelsAS,TilburtJC,RossLF.Pediatric resident preparedness and educational experiences with informed consent. Acad Pediatr. 2016;16(3):298-304.

3.- KesselheimJC,JohnsonJ,JoffeS. Pediatricians’ reports of their education in ethics. Arch Pediatr Adolesc Med. 2008;162(4):368-373.

 

 

 

 

Vestimenta médica e infecciones hospitalarias

Muchas de las infecciones dentro del hospital son atribuidas al personal de salud debido a que muchos de los accesorios que usan se consideran potencial fuente de infección.

Se ha investigado la prevalencia de la flora microbiana de accesorios tales como plumas, estetoscopios, teléfonos celulares y batas blancas usados por los médicos y llegan a porcentajes muy altos de contaminación: 66% las plumas, 55% los estetoscopios, 47.6% los teléfonos celulares y 28.4% de las batas blancas están colonizadas por varios microorganismos.

De los microorganismos aislados se encuentran: estafilococo spp, el más frecuente, seguido de la escherichia coli y del estafilococo meticilinorresistente.

Se ha estudiado también la posibilidad de contaminación de equipo electrónico (iPads) usado para el control de los pacientes, equipo utilizado por varios Residentes e incluso en la cama de los mismos pacientes. En ellos ha habido aislamientos de varios gérmenes, entre ellos: estafilococos, incluso algunos meticilino-resistentes.

De igual manera, se han realizado estudios comparativos con el uso de máscaras durante el acto operatorio, contra no usarlos, y se ha visto que las infecciones en sitios quirúrgicos no representan ninguna utilidad las máscaras como elementos preventivos.

Se plantea entonces un problema grave de atención de salud: ¿el personal que atiende al paciente dentro del hospital puede, con su vestimenta y equipo, transmitir gérmenes patógenos y ser una fuente directa de infecciones nosocomiales?

Si esto es cierto, habrá que demostrar si la cepa contaminante es la misma encontrada en el atuendo médico. Y si coinciden dichas cepas, no habrá discusión en el papel que juegan en la transmisión directa de infecciones nosocomiales.

Las investigaciones (Revisiones sistemáticas) sobre este problema tendrán la última palabra.

Para leer más:

Pandey, A. et al Physician accessories: doctor, what you carry is every patient’s worry? Indian Journal of Pathology & Microbiology 2010;53(4):711-3

Pandey, T. S. Bacterial contamination of resident iPads: Lame duck or trojan horse? Journal of General Internal Medicine April 2014;29():S38

Webster J et al. Use of masks by non-scrubbed operating roo staff: A randomized controlled trial. ANZ Journal of Surgery 2010;80(3):169-173

 

Homeopatía, anécdotas de una cura con placebo

El fundamento de la medicina Hahnemanniana sostiene  que un paciente podría curarse de su enfermedad si usaba una medicina que fuera capaz de producir los mismos síntomas de la enfermedad en paciente sanos, aunque en un grado menor.

Quizás la idea nació de los mismos fundamentos de la vacunación en los que se hace inocular en una persona una versión debilitada de un microorganismo causante de enfermedades, y hacerle inmune.

Sin embargo, el principio activo de la homeopatía es utilizar sustancias de origen mineral, vegetal o animal cuya dilución en procesos repetidos se reduzca a cantidades infinitesinales y que el paciente se cure en la dinámica de un proceso lento, pero efectivo y sin ninguna demostración centífica de los resultados. Se agrega un componente más: el agua permanece con memoria en el principio activo.

Si una persona tiene insomnio, habrá que usar el sustrato (cefeína) y someterla a una dilución equivalente a lo que sería diluir una taza de café en una esfera de agua del tamaño del sistema solar.

¿Es creíble, que un medicamento se vuelva más efectivo al concluir la eliminación de su forma activa?

Siendo sinceros, la mayoría de los productos heomeopáticos, que actúan por un mecanismo deconocido, son solamente agua con azúcar y un poco de alcohol.

Con este razonamiento, las autoridades sanitarias de diferentes países han declarado que la teoría de la “memoria del agua” en el disolvente después de diluciones sucesivas, “no tiene credibilidad”. (Real Academia Nacional de Farmacia).

En resumen, la homeopatía, por carecer de fundamento científico en sus observaciones, sólo puede encuadrar un “efecto placebo” benéfico en enfermedades que requieren mucho apoyo psicoterapéutico como el dolor y la depresión.

Éticamente se usa el placebo en investigación clinica, bajo ciertas circunstancias: a) ante la ausencia de un tratamiento efectivo; b) cuando el uso del tratamiento con placebo es corto; c) cuando no se agrega un riesgo a la patología de base; d) cuando el consentimiento firmado ha sido claro.

Las conclusiones que pueden derivarse de la homeopatía son las siguientes: Ningún tratamiento homeopático ha podido ser demostrado científicamente, por no existir causalidad entre el tratamiento homeopático y la curación de un determinado cuadro. Si bien es cierto que el paciente se siente mejor, esto es debido a la remisión espontánea que le da el propio ciclo de las enfermedades y/o al efecto placebo.

A manera de conclusión podemos recurrir a diversas revisiones sistemáticas publicadas en las bases de datos de Cochrane y Epistemonikos en las que no se demuestra suficiente evidencia para la cura del asma, demencia, intestino irritable, déficit de atención e hiperactividad, manejo de la influenza, depresión, íleo posoperatorio .

Dada la ausencia de estudios científicos que comprueben la efectividad de los productos homeopáticos algunos países ya se han declarado en contra de seguir aportando fondos financieros.(Cámara de los comunes en Reino Unido).

Desde el punto de vista ético podemos afirmar que un profesional debería entregar asus pacientes información confiable para que tomen las mejores decisiones posibles. Pero afirmar que un producto homeopático le ayudará a sanarse de una enfermedad vulnera el principio de autonomía al no recibir una información clara y veraz.

Finalmente, ¿debe creerse a una medicina, que no se apega al rigor del método científico, que no publica sus resultados, y que se ha mantenido inalterada por 200 años?

Si bien es cierto que la decisión de usarla es algo personal, existe responsabilidad de quien la prescribe, y de la misma sociedad que debe reflexionar, antes de decir “es que a mí me funciona”……

Para leer más

1.- http://blogs.bmj.com/bmj/2016/02/16/paul-glasziou-still-no-evidence-for-homeopathy/

2.- Ernst E. A systematic review of systematic reviews of homeopathy. Br J Clin 2002;54(6):577–82.

 

Enfermedad de Kawasaki, medio siglo de controversias

screen-shot-2016-11-24-at-11-32-16-amLa enfermedad de Kawasaki (EK) se considera una de las vasculitis más reconocidas de la edad infantil, descubierta por quien lleva su nombre hace 50 años y que inicialmente fue descrita como un síndrome mucocutáneo de los nódulos linfoides.

Con el tiempo fueron reconociéndose características propias como fiebre alta, rash, mucositis, conjuntivitis, linfadenopatía y cambios en extremidades autolimitándose el cuadro con una resolución espontánea de menos de 2 semanas.

Sin embargo, el haber encontrado daño (dilatación, aneurismas, trombos) en las arterias coronarias la identificó en pocos años como causa líder de enfermedad cardiaca adquirida.

Los esfuerzos en determinar su etiología, optimizar el diagnóstico y sistematizar el tratamiento de acuerdo a las necesidades individuales han hecho de esta enfermedad un verdadero reto para la comunidad científica.

De los logros más significativos es haber estratificado a los pacientes según sus factores de riesgo como menores de 6 meses, evidencia de dilatación de arteria coronaria y de aquellos con alteraciones importantes en los estudios de laboratorio, con el fin de tomar las medidas tempranas en el manejo a base de esteroides y gamaglobulinas.

De igual manera se han creado algoritmos para el manejo del EK incompleto, aquel que no reúne todos los criterios clínicos pero que deben prevenirse los daños. La evaluación cardiológica temprana resulta clave para el pronóstico.

Las estrategias terapéuticas en la actualidad dependen del grado de riesgo que presentan los pacientes: los de bajo riesgo sólo inmunoglobulinas (2 grxkg) + ácido acetilsalicílico(30-50 mgxkg); a los de alto riesgo se adiciona prednisona a 2 mg/kg/d de 10 a 15 días.

En conclusión, no por ser una enfermedad poco común, con múltiples variantes clínicas, deslinda de responsabilidad al clínico de un diagnóstico y manejo temprano y, lo más grave, la prevención de daños orgánicos a nivel cardiaco.

 

Para leer más

Cohen E, Sundel R. Kawasaki Disease at 50 years. JAMA Pediatrics 2016.1446

 

Anticiparse a los riesgos del recién nacido macrosómico

Screen Shot 2016-08-04 at 10.21.22 AMEl control prenatal se considera esencial para que el recién nacido llegue a feliz término. En el primer trimestre se verifica la viabilidad fetal, en el segundo se evalúa la integridad estructural, y para el tercer trimestre se debe conocer el crecimiento fetal y el bienestar del mismo.

Además de los controles somatométricos, bioquímicos y signos vitales de la embarazada, la ecografía obstétrica es de gran ayuda para predecir complicaciones maternas como preeclampsia, la viabilidad, macrosomia o malformaciones del feto y la selección del mejor tiempo para terminación del embarazo.

Cuando se detecta diabetes durante el embarazo sabemos que la resistencia a la insulina incrementará la glicemia gestacional y el control de la misma será clave para evitar complicaciones fetales como aborto o macrosomía.

Hasta el momento no se ha encontrado un solo mecanismo que explique las alteraciones en el feto y en el recién nacido hijo de madre diabética. Actualmente se cree en la hipótesis de que el mismo feto desarrolla hiperplasia e hipertrofia de las células beta del páncreas y esto afecta diversos órganos in útero incluida la placenta.

Lo que sí sabemos es que las complicaciones más frecuentes del hijo de madre diabética son: macrosomía, hipoglicemia por aumento de secreción de insulina en el páncreas fetal, hipertrofia miocárdica con falla cardiaca congestiva secundaria a hiperinsulinismo, síndrome de insuficiencia respiratoria por deficiencia de surfactante pulmonar, alteraciones vasculares como trombosis venosa que comprometerán gravemente el tejido renal e intestinal y diversas malformaciones congénitas.

El reto para médicos, perinatólogos, obstetras, pediatras y neonatólogos dedicados al cuidado de las gestantes y del recién nacido, en unidades de alto riesgo, es lograr el control glicémico desde la concepción, y advertir a la madre de todas las complicaciones fetales y neonatales secundarias al incumplimiento en el tratamiento.

Cualquier omisión de ambas partes crea una responsabilidad compartida.

Para leer más

Arizmendi J et al. Diabetes gestacional y complicaciones neonatales. Rev Fac Med 2012;20(2):50-59.

 

 

 

Buscando prevenir infecciones del recién nacido

Screen Shot 2016-06-23 at 10.55.38 AM  Se sabe que los estreptococos del grupo B (SGB) son flora regular de la vagina y se conoce como la bacteria responsable de las infecciones neonatales documentadas en países desarrollados.

También sabemos que, hasta un tercio de los recién nacidos (RN) pueden estar colonizados por esta bacteria durante el paso a través del canal vaginal, y que en sólo un 3% pueda desarrollar una infección severa.

Sin embargo, cuando ésta se presenta puede afectar las meninges  y dejar secuelas neurológicas permanentes.

Nos preguntamos entonces, ¿qué tan efectivas y seguras son las estrategias dirigidas a prevenir la infección severa por SGB en el RN?

Revisando estadísticas de otros países como Francia, el SGB está presente en la vagina de alrededor del 10-15% de las mujeres al final del embarazo, y la transmisión de madre a hijo puede incrementarse hasta un 50-75% si el bebé es prematuro y si se obtiene por vía vaginal o haya ruptura de membranas de más de 18 horas.

Algunos ensayos aleatorios sugieren que la profilaxis antibiótica con penicilina G (benzilpenicilina) intravenosa en mujeres portadoras del SGB, desde el inicio del trabajo de parto hasta el nacimiento del bebé, reduce el riesgo de la infección de 4.7 a 0.4% (p_0.02).

Aún cuando no haya estudios que determinen el balance riesgo-beneficio, en términos de mortalidad neonatal o complicaciones severas, en la práctica, la terapia antibiótica sistemática, es recomendada en situaciones de alto riesgo, aún cuando no se realice el tamizaje de SGB, como se establece en el Reino Unido.

En México, se ha estimado una prevalencia del 9.5 a 10.3%, por lo que la profilaxis en situaciones de alto riesgo debe ser considerada.

Para leer más:

Previniendo la infección por estreptococo del grupo B. Profilaxis antibiótica intrapartum en algunas situaciones de alto riesgo. Prescrire Int. 2011;20(114):72-7

Reyna J et al. Colonización materna por Streptococcus del grupo B en México: estimación de la prevalencia basada en la revisión bibliográfica. Ginecol Obstet Mex 2007;75(7):399-403

 

 

Los peligros de una medicina con efecto placebo

Screen Shot 2016-03-14 at 11.21.11 AMLa COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) regula en México la administración, almacenamiento y distribución de medicamentos para uso seguro en la población mexicana. Antes de que un medicamento sea autorizado para su venta en farmacias, éste es sometido a pruebas exigentes que obligan probar científicamente su eficacia.

No ocurre así para la autorización de los preparados homeopáticos, porque sólo deben demostrar su inocuidad para ser permitida su venta, y sin requerir una receta médica.

La teoría Hahnemanniana, de fines del siglo XVIII, basada en la doctrina similia similibus (una sustancia que cause los síntomas de una enfermedad en personas sanas curará lo similar en persona enfermas), ha demostrado en el tiempo más resultados anecdóticos que hechos comprobados.

Tan es así que los ministerios de salud de Australia1, Reino Unido y Suiza han concluido que, por carecer de una demostrada eficacia, se debe desaconsejar su uso y financiamiento.

A pesar de todo, el negocio de la homeopatía mueve enormes cantidades de dinero y sus seguidores se cuentan por millones en el mundo. El “no saber cómo, pero funciona”, seguirá siendo la mejor defensa para su uso, sobre todo en enfermedades crónicas en las que la medicina convencional sigue dejando grandes huecos.

La justificación y queja de la homepatía organizada de no poder realizar ensayos científicos es la falta de financiamiento, en comparación con las cifras multimillonarias que las empresas farmacéuticas invierten en la promoción de sus productos.

Por el momento, no existe mayor evidencia para la homeopatía que el efecto placebo. El que muchas personas se sientan mejor de las dolencias no demuestra en estudios aleatorios que las simples pastillas de azúcar, rociadas con agua de memoria, superen el efecto de una sanación natural.

Sin embargo, sus defensores siguen tratando de abrirse paso a la investigación y ya empiezan a ofrecer resultados preliminares que deberán tomarse en cuenta2.

Con la evidencia actual, mientras no exista una reglamentación para el uso de preparados homeopáticos, seguirá abiertamente su venta y se seguirán haciendo señalamientos si éticamente es permitido usar un producto sin haberse probado cientificamente su verdadera eficacia.

O por lo menos, que los productos homeopáticos tuvieran la leyenda que propone el Dr Evans3: “Cuidado, este producto es un placebo. Funciona sólo si usted cree en la homeopatía y sólo para determinadas dolencias, como el dolor y la depresión”.

Para leer más

1.- http://magonia.com/files/informe-homeopatia-nhmrc.pdf

2.- http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21962205

3.- Evans Dylan. Placebo: The Belief Effect. http://www.theguardian.com/books/2003/jan/18/featuresreviews.guardianreview8

Otros publicados en el blog   Uso de Homeopatía en la edad pediátrica.  ¡Cuidado con la pseudomedicina!

 

Responsabilidad contractual de los servicios de salud

Screen Shot 2015-03-12 at 11.39.02 AMCuando se habla de servicios se hace referencia a la actividad dirigida a satisfacer una necesidad. Si esta actividad se vincula al bienestar físico y psicológico de una persona la llamamos servicio de salud.

Por lo tanto, los servicios de salud son aquellas prestaciones que brindan asistencia sanitaria, es decir, un sistema de atención orientado al mantenimiento, la restauración y la promoción de la salud de las personas. En cierta forma, se trata de una obligación contractual.

En la época actual, estos servicios se desenvuelven en un escenario complejo, dentro del cual, el prestador de servicio sea público o privado, enfrenta situaciones de conflicto y un significativo aumento de reclamaciones con alto costo a nivel personal, laboral, social y de imagen.

Por esta razón, la responsabilidad de los servicios de salud, está estructurada en base a un conjunto de disposiciones contenidas en la Constitución, cuya finalidad es proteger el derecho a la salud de todo ciudadano.

Para hacer efectivo ese derecho, el profesional de la salud debe cumplir con sus deberes y obligaciones enmarcados en una ley general de salud y sus reglamentos, así como el apego a las normas oficiales vigentes.

En sentido estricto, si consideramos los servicios de salud dentro del marco contractual, la institución pública y el personal de salud deberían de responder por daños causados a los pacientes, aún cuando no existiese malicia, mala fe o negligencia. La responsabilidad en ese sentido sería institucional y profesional respectivamente.

 

 

La ley de protección de datos personales

Screen Shot 2015-02-16 at 9.04.26 AMLa difusión, no autorizada, de datos personales de particulares incursiona en el ámbito reservado a la intimidad de los usuarios y/o clientes.

En relación con los servicios de salud, públicos o privados, las bases de datos de los pacientes son las más sensibles, pues al revelar pormenores del estado de salud pueden ser blanco de una serie de intereses de diversa índole y tener un impacto social.

Por esta razón, la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares, publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 5 de julio de 2010, responde bien a este derecho.

Debemos recordar que las leyes están encaminadas a defender la dignidad del ser humano, reconocer a la persona como titular de los derechos de la salud y a la protección de sus datos personales, lo cual da un equilibrio entre el interés público y el interés del paciente.

En la práctica médica el expediente clínico es el documento oficial de alto valor clínico porque en él se describe la biografía del paciente, y conlleva implicaciones legales porque del contenido plasmado en la información (lo que se hace y no se hace) se fincan las responsabilidades.

Hasta la fecha, hemos seguido los lineamientos de la NOM 004 del Expediente clínico, en donde se establece que dicho expediente  es propiedad de la Institución y sólo entregará al usuario que lo solicite un resumen clínico. Sin  embargo, la Ley Federal de Protección de Datos referida, establece que el paciente tiene derecho a recibir copia íntegra del original por parte de la institución tratante, incluidos los estudios de imagen y cortes histológicos.

Esta ley de protección de datos personales así como busca garantizar la confidencialidad de la identidad de los pacientes, también intenta darle integridad y confiabilidad a la información clínica estableciendo medidas de seguridad para evitar el uso ilegal de ella  y atender a criterios éticos y científicos que orientan la práctica médica.

El profesional de la salud deberá estar consciente que revelar información de manera ilegal, sea directa o indirecta, puede conducir a una sanción de tipo penal. Por consiguiente, todo establecimiento público o privado, en donde se ofrezca atención médica debe mostrar de manera visible el aviso de privacidad e implementar las medidas de seguridad administrativas, técnicas y físicas para lograr este objetivo.

La responsabilidad médica va más allá de las acciones u omisiones.